Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

En vísperas de la votación crucial, el Gobierno de Gustavo Petro apoya la consulta popular para decidir sobre la reforma laboral en Colombia, mientras enfrenta tensiones en el Congreso.

El 14 de mayo de 2025, el Senado de Colombia se convirtió en el escenario de un debate intenso sobre el futuro de la reforma laboral propuesta por el gobierno de Gustavo Petro. Un día antes de la consulta popular programada, el ministro del Interior, Armando Benedetti, reafirmó el apoyo del Ejecutivo a esta iniciativa, destacando que la reforma podría avanzar por dos vías: la consulta popular y una apelación al proceso legislativo previamente rechazado.

Armando Benedetti, junto con Antonio Sanguino, Ministro de Trabajo, defendieron la necesidad de la consulta para involucrar directamente a los ciudadanos en la decisión sobre sus derechos laborales. Por otro lado, figuras como Fabián Díaz y Angélica Lozano del Partido Verde, impulsaron una apelación para revivir la reforma sin pasar por la consulta, argumentando eficiencia en el proceso.

La jornada estuvo marcada por el contraste entre quienes apoyaban la consulta como un ejercicio de democracia directa y quienes la veían como un gasto innecesario, prefiriendo una solución legislativa más rápida. El Partido Liberal, liderado por César Gaviria, se mostró crítico con la consulta, destacando preocupaciones sobre su costo y efectividad.

Este escenario refleja una división política profunda y pone de manifiesto las diferentes visiones sobre cómo mejorar las condiciones laborales en Colombia. La decisión de apoyar la consulta popular, a pesar de las críticas, subraya el compromiso del Gobierno Petro con la participación ciudadana en temas clave, aunque también destaca los desafíos de navegar en un ambiente legislativo polarizado. La votación no solo determinará el futuro de la reforma laboral, sino que también podría definir la dinámica política del país en los próximos años.